No son pocos los que todavía sostienen que Aznar fue el presidente del Gobierno que mejores servicios prestó a la economía de nuestro país, y que Rodrigo Rato fue el mejor ministro del ramo. Sin embargo, la evolución de las empresas públicas privatizadas compulsivamente bajo el mandato de ambos, y sobre todo, los datos que ahora aparecen a propósito del caso Bankia, desmontan sus argumentos. De forma similar a lo que se pretende hacer en estos momentos, por ejemplo, con la sanidad madrileña (y con la diferencia de que la Constitución impide transferir al sector privado la propiedad del sistema sanitario público), durante la época de Aznar–Rato se malvendieron empresas públicas españolas que operaban en sectores estratégicos, y que acabaron en manos de amigos del clan Moncloa. Estos dos centauros de la economía, apoyados por una cohorte de palmeros postmodernos empeñados en aplicar una ideología dieciochesca…