Después de que las movilizaciones sociales hayan conseguido frenar el proceso de privatización de seis hospitales públicos madrileños, ayer conocíamos otro claro ejemplo de que el activismo ciudadano es el mejor antídoto contra el ejercicio abusivo del poder, ya sea éste político o económico. Los trabajadores de Coca–Cola (“la chispa de la vida”) en España han logrado, por el momento, reducir a cero los 750 despidos forzosos que esta compañía con beneficios había planteado a través de un ERE. También han conseguido transformar indemnizaciones de 30 días por año con un tope de 18 mensualidades, en bajas voluntarias de 45 días por año con un tope de 42 mensualidades y 10.000 euros adicionales. Pero sobre todo, lo que han obtenido estos trabajadores de su “lucha de la vida” es la recompensa que espera a quienes se resisten…