Sería deseable que la figura constitucional del Defensor del Pueblo fuera encarnada por alguien que antepusiera la defensa del pueblo frente a otras consideraciones políticas, institucionales o económicas. Quizá sea imposible encontrar a personas que den este perfil en el ámbito académico, intelectual o social; o quizá, simplemente, no hay voluntad política de encontrarlas. Lo cierto es que la actual Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, marquesa consorte de Salvatierra, ex alcaldesa de Sevilla, ex senadora y ex diputada nacional por el Partido Popular, no ha demostrado por el momento poseer las condiciones filantrópicas…